La guerra psicotrópica del Pentágono

Un informe rreservado cuenta cómo se preparan los militares nortemericanos para usar drogas, como calmantes y anestésicos, como armas a usar contra Saddan y manifestantes antiglobalización.

Por Walter Goobar
Fármacos para potenciar los efectos de la tortura, balas rellenas con drogas, dárdos con Valium o Carfetanil, granadas antimotines con Rohypnol y cargas de morteros con alucinógenos. Un documento reservado del Pentágono revela que el uso bélico de calmantes, anestésicos y otras drogas dejaron de formar parte de la ciencia ficción y ya integran los arsenales que van a ser usados en casos de guerra como la de Irak, pero también contra manifestantes civiles que alteren el orden público, situaciones de crisis o contra motines carcelarias. Un documento de 49 páginas, que recientemente ha sido desclasificado a instancias de la organización no gubernamental Sunshine Project, revela la existencia de un aterrador programa del Pentágono para utilizar armas psicofarmacológicas. El informe titulado “Las Ventajas y Limitaciones del Uso de Calmantes como Técnica No Letal” fue elaborado por científicos de la Universidad de Pensylvania a instancias de la Marina estadounidense. Basandose en "la revisión extensiva de la literatura médica y nuevos desarrollos de la industria farmacéutica" el informe concluye que "el desarrollo y uso de armas psicofarmacológicas es posible y deseable". Estas armas alteran la capacidad de raciocinio y violan todos los convenios internacionales sobre armas químicas suscriptos por EEUU.
El equipo, cuya base es el Laboratorio de Investigación Aplicada de la Pennsylvania State University, está evaluando la conversión de un grupo de fármacos psiquiátricos y anestésicos, pero también pretenden convertir en armas "drogas recreativas" como el Gammahidroxibutirato o GHB, una variante del extasis utilizado por los levantadores de pesas que también es considerada "droga para la violación en citas".
Según el informe desclasificado, "la ruta elegida para la administración, ya sea agua potable, administración tópica en la piel, ruta de inhalación mediante aerosol, bala plástica rellena con droga, entre otros, dependerá del entorno". Los entornos identificados son situaciones militares y civiles específicas, entre ellas "refugiados hambrientos que están agitados por la distribución de alimentos", "en una prisión", "un grupo de personas agitadas", y "casos con rehenes". En ocasiones, el informe llega casi al extremo de definir disenso como una enfermedad psicológica.
Según información de marzo de 2002, el equipo estaba trabajando en una mezcla de gas pimienta (OC) y un agente calmante no identificado. El gas pimienta es el agente químico de control de motines mas potente en uso y ha sido asociado a numerosas muertes. Agregar un calmante al gas pimienta resultaría en una horrorosa invención.
Los calmantes deberían haber sido eliminados de los arsenales militares tras la adopción de la Convención de Armas Químicas en 1993, que prohíbe cualquier arma química capaz de causar muerte, incapacidad temporal y daño permanente a humanos o plantas. Pero algunas de las técnicas discutidas en el informe ya han sido usadas por EE.UU. contra los 300 prisioneros de guerra pertenecientes a Al-Qaeda que están confinados en la base de Guantánamo, Cuba. Encadenados como animales salvajes y privados de la vista, el oído, el olfato y el tacto, los presos de Al Qaeda son deliberadamente sometidos a 24 horas de privación sensorial para confundirlos y desorientarlos A esto se ha sumado ahora el ensayo con psicofármacos que han inducido al suicidio.
La mayoría de drogas estudiadas por los militares son depresores del sistema nervioso central como la morfina y las benzodiazepinas como el Valium. Pero al equipo del Pentágono también le interesan los antidepresivos, como el Prozac (fluoxetina) y Zoloft (sertralina) que actúan rápidamente.
La carátula del informe contiene el diagrama del fentanil, otra de las drogas que está bajo estudio. Según la DEA (Agencia para el Control de Drogas, los efectos biológicos del fentanil "no se diferencian de aquellos de la heroína, con la excepción que los fentaniles son cientos de veces más potentes", El informe dice que los efectos profundos de la droga harían necesario "estar pendientes de aquella persona que pudiese dejar de respirar como las personas enfermas, los ancianos y los niños..." así como las víctimas que "se queden ‘dormidas’ en posiciones que obstruyan sus vías respiratorias".
El estudio aborda numerosas técnicas para la utilización de estas armas. Estos incluyen aerosoles, microencapsulación, y la introducción en los depósitos de agua potable y chicles. La microencapsulación prevee la producción de gránulos con una cantidad diminuta de un agente, revestidos con un cartucho duro. Al distribuirse en tierra, los cartuchos se rompen al ser pisados y el agente se libera. Un nuevo tiro de mortero capaz de lanzar miles de gránulos diminutos por tiro está siendo desarrollado. El informe cita la relevancia de un chupetín que contiene fentanil para el tratamiento de niños con dolor severo y señala que "el desarrollo de nuevas drogas opiodes para aliviar el dolor capaces de ser administradas por varias rutas está a la vanguardia de los descubrimientos de drogas", concluyendo que se podría desarrollar nuevas armas a partir de esta investigación farmacéutica.


RECUADRO
BOTIQUIN DE GUERRA
Drogas recreativas: El informe recomienda mayor investigación en el potencial como armas de los convulsionantes (que provocan ataques) y "drogas recreativas". Dentro de las drogas en la mira de los militares figuran la ketamina (o Special K), el éxtasis líquido (GHB gamma-hidroxibutirato) y el Rohypnol ("roofies").
Drogas fracasadas: algunos productos farmacéuticos que fracasan por los efectos colaterales pueden ser deseables para usarlos como armas: "A menudo, un efecto colateral indeseado... dará por terminado el desarrollo de un promisorio compuesto farmacéutico nuevo. Sin embargo, en la variedad de situaciones en las que técnicas no letales son usadas, puede que haya menos necesidad de preocuparse de los efectos colaterales molestos...."
Drogas para tortura: El Precedex es un sedante aprobado en Estados Unidos para uso en pacientes en unidades de cuidado intensivo. El informe saca a relucir "un fenómeno interesante" relacionado con el uso de Precedex para la tortura: la droga incrementa la reacción de los pacientes a los choques eléctricos. Los investigadores sugieren sensibilizar a la gente usando Precedex, y continuar con el uso de armas electromagnéticas para "abordar los efectos de aquellos pocos individuos en los cuales la dosis promedio del agente farmacológico no produjo el efecto deseado".
REVISTA VEINTITRES1
18-07-2003