En 1991 bendijo el plan de Domingo Cavallo y auguró que Argentina nadaría en la abundancia una década más tarde. Y, aunque las cosas no sucedieron como las había previsto, ahora recomienda que las palancas de la política fiscal, monetaria y la administración de impuestos queden en manos externas.
Por Walter Goobar, desde Buenos Aires
En el Gobierno argentino no salen del asombro desde que escucharon la propuesta de Rudiger Dornbusch, profesor norteamericano del prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) y cotizado asesor de los principales bancos de inversión. En un breve pero contundente artículo publicado en los principales diarios del mundo, el experto propone que si Argentina quiere asistencia económica externa debe ceder temporalmente la dirección de la economía a un grupo de técnicos extranjeros, porque la crisis supera ampliamente las capacidades internas. " Tienen que entender que los créditos externos no van a llegar porque la plata se va a ir a Miami antes de que uno alcance a parpadear. Por eso es necesaria una política de reconstrucción”, afirma Dornbusch en esta entrevista exclusiva con Milenio. "Más dinero del FMI sin una profunda intromisión extranjera para cambiar las reglas de juego no evitará la autodestrucción", agrega el economista. Según Dornbusch, los esfuerzos para que el país se recupere requerirán al menos una década más, siempre y cuando se acepte su remedio.
En 1991 Dornbusch bendijo el plan del ex ministro de económía, Domingo Cavallo y auguró que Argentina nadaría en la abundancia una década más tarde. Y, aunque las cosas no sucedieron como las había previsto, ahora recomienda que las palancas de la política fiscal, monetaria y la administración de impuestos queden en manos externas.
Dornbusch considera que Argentina es el escenario de una guerra
distributiva entre asalariados y sectores acomodados, los perjudicados por
el corralito (la incautación de los ahorros en los bancos) y quienes lograron sacar el dinero a tiempo, entre la nación y las provincias, los sindicatos y los empresarios. Esta situación, -añade el experto-, no hace más que canibalizar a los argentinos”. "Están destruyendo las condiciones de las clases baja y media. Eso es mucho más humillante que mi propuesta", sostiene el asesor.
--Cuándo propuso que la economía argentina debe ser dirigida por argentinos, ¿ lo dice en serio o es una provocación para generar un debate?
--Creo que es una propuesta totalmente realista. Es obvio que en Argentina se ha producido una implosión que ha tenido un costo gigantesco para las familias de ingresos bajos y medianos, también es evidente que el sistema político está destrozado y que los sucesivos presidentes han tenido que abandonar el poder. Por eso, creo que es tiempo de hacerse cargo de los problemas económicos subyacentes: en ese sentido, creo que el parlamento argentino debería votar un esquema que permita que un equipo de técnicos extranjeros con mandato para resolver los problemas que la Argentina –como sociedad- no está en condiciones de manejar.
--Usted ha seguido la evolución de la Argentina durante muchos años. Hubo momentos en los que fue optimista y crítico en otros ¿Cuál es el problema de la Argentina?
--El problema es que si llega dinero Argentina funciona perfectamente y cuando el dinero no viene se convierte en una pesadilla. Hoy, la Argentina ha vendido todo lo que tiene, ha perdido el crédito y se muestra incapáz para resolver la reducción del standard de vida que esto implica. La emisión de moneda y la implementación de una política inflacionaria solo va a aumentar los problemas. Tienen que entender que los créditos externos no van a llegar porque la plata se va a ir a Miami antes de que uno alcance a parpadear. Por eso es necesaria una política de reconstrucción.
--Argentina es un país en un estadío de desarrollo intermedio... ¿Porqué esta crisis requiere de una intervención extranjera?
--Argentina no es un país medianamente desarrollado. Argentina es un caso único en la historia de la postguerra de colapso del sistema económico. El país funcionó mientras se inyectaba dinero desde el exterior y la gente de medianos recursos guardaba su dinero en el sistema financiero argentino, mientras que los ricos depositaban su dinero en Miami. Entiéndame, Argentina no es Brasil que es un país que tiene problemas: el nivel de descontrol económico argentino es mucho más profundo.
--Pero ¿qué lo lleva a creer que ese descontrol no puede ser resuelto por economistas argentinos?
--No es un problema de inteligencia. El problema es que la sociedad argentina no logra ponerse de acuerdo sobreideas básicas como son que el Banco central debe funcionar como Banco Central, tampoco logran ponerse de acuerdo sobre la necesidad de pagar impuestos. Esta mañana, una de mis alumnas argentinas me dijo que no iba a pagar impuestos para pagar la deuda contraida por Carlos Menem. Argentina como cualquier Estado necesita ingresos, necesita recaudar y necesita un plan de reconstrucción económica y social para reintegrar la sociedad. Nadie va aportar el dinero para cubrir estos gastos básicos. Eso se acabó: la plata dulce se terminó, la pizza con champan se acabó y ahora hay que asumir la realidad.
--Pero, la mayoría de los argentinos piensa que la economía estuvo conducida desde el exterior durante todos estos años...
--Eso es una broma. El resto del mundo ha estado poniendo dinero, pero cada programa del FMI ha fracasado.
--Sin embargo, las empresas extranjeras han tenido ganancias récord durante estos años...
--(Se ríe)...y ahora perdieron todo lo que habían ganado. También contrataban mano de obra argentina con salarios altos y ahora afrontan un momento sumamente dificil. Tal vez lo que ganaron en su momento compense lo que acaban de perder. Sin embargo, le garantizo que Argentina nunca fue un paraíso y con lo que ha pasado ahora, las empresas extranjeras van a ser extramadamente reticentes a volver a confiar en el país.
--Usted sugiere que algún holandés podría manejar las finanzas argentinas ¿Cuál sería su equipo ideal para conducir la economía?
--Argentina ha tenido demasiados equipos ideales. Pienso que el país necesita gente llana y sencilla que comprenda que el Estado debe existir para crear las bases de la prosperidad, que entienda que se deben recaudar impuestos para generar prosperidad. Argentina no necesita estrellas sino sentido común. Los holandeses intervinieron en el caso de Austria, pero los irlandeses y los finlandeses son gente normal que entiende que no se puede vivir sin instituciones. Son países pequeños, por lo que nadie los puede considerar colonialistas. Ustades necesitan gente honesta y competente de países distantes que comprendan los problemas, que sean buenos en el manejo de la administración pública y que no sean controvertidos. No hace falta economistas famosos ni de las Naciones Unidas...
--¿Pero no cree que esa gente tendría problemas de doble lealtad?
--No, esa gente tendría el dinero que la Argentina quiere y sin ese dinero el país tiene pocas chances. La condición para recibir el dinero es que Argentina se ayude a sí misma. La doble lealtad de un finlandés en Argentina me tiene sin cuidado.
--¿Cómo podría sobrevivir un grupo de técnicos extranjeros a los condicionamientos del sistema político argentino?
--Argentina necesita dinero y el Parlamento debería admitir que esos técnicos manejen el Banco Central y la recaudación de impuestos. Los técnicos van a sobrevivir porque tienen el dinero.
--Entonces, lo que usted propone es un trato...
--Claro. Si Argentina no quiere el dinero externo no necesita resignar la adminstración económica a manos de extranjeros. Pero cada vez que el mundo ha ayudado economicamente a la Argentina se ha visto defraudado. Sería estupido hacer un nuevo salvataje para que la plata se vaya nuevamente a Miami.
--Si alguien lopropusiera a Ud para dirigir el Banco Central, ¿aceptaría el cargo?
--No, tiene que ser alguien menos controvertido
--¿Usted se considera controversial?
--Si, por supuesto. Mire, los finlandeses son excelentes en el manejo de los Bancos Centrales y no tendrían otra motivación que la de hacer un aporte humanitario. No robarían y serían eficientes. Eso es lo que Argentina necesita.
--En un contexto de corrupción como es el caso de Argentina ¿Cómo podrían trabajar esos técnicos?
--La denunciarían. Exigirían al Parlamento la sanción de un nuevo código fiscal para conseguir recursos. Sería una lucha diaria en la que habría que sacar del proceso político, lo que el proceso político no puede resolver fortaleciendo el funcionamiento de las instituciones. Le doy otro ejemplo: es inconcebible que la clase media vaya a la quiebra porque el sistema político no logre ponerse de acuerdo sobre como se hace para desmontar el corralito.
--Pero el gobierno esta demasiado condicionado por los grandes grupos económicos...
--Un funcionario finlandés no se dejaría presionar por las grandes corporaciones. Saben decir que no y van a decir que no.
--¿Lo que estamos viendo es el resultado lógico de la política implementada por Domingo Cavallo?
--No. Creo que es el resultado de un CarlosMenem buscando su reelección y de un Fernando De La Rua siendo un perfecto estúpido y del actual presidente Eduardo Duhalde que tiene una reputación extremadamente negativa en el exterior y de que no hay más dinero ni credito. Argentina vivió bien mientras se vendía el país, ahora lo podrían recuperar pero eso no los va a hacer ricos nuevamente. ¿ porqué les vamos a dar dinero nuevamente? Es preferible dárselo a Africa donde hay gente que se muere de hambre. Ademas, en Africa con menos dinero se pueden lograr objetivos mucho más amplios. Si Argentina realmente quiere cambiar, se le debería dar una chance, pero no le vamos a dar diez mil millones para que se diviertan, los derrochen o se los lleven a Miami.
--¿Qué reacciones ha recibido desde que lanzó esta idea?
-Recibí un montón de e-mails que en una proporción de cuatro a uno me escriben mujeres argentinas en los que me agradecen por haber habler hablado en contra de los que les están robando. También recibí otros, cuyas direcciones que en su mayoría tienen la terminación punto org, lo cual indica que cobran su sueldo en dólares de alguna organización internacional y ellos dicen que mi propuesta es un ataque contra la soberanía argentina.
--¿Y sus colegas?
--Ellos están de acuerdo en que cuando una sociedad se viene abajo como es el caso de la Argentina, esto es lo que hay que hacer. No es fácil, no es agradable, pero forma parte del proceso democrático que el Parlamento vote las leyes necesarias para restaurar la credibilidad en las instituciones. Sin instituciones no hay manera de evitar una caida vertiginosa en el abismo de la inestabilidad.
--¿Considera esto una operación quirúrgica?
--Lo llamaría rehabilitación. Tienen que aprender a vivir con instituciones, a respetar los compromisos y a vivir en estabilidad.
--¿Se arrepiente de algo que haya dicho sobre la Argentina en el pasado?
--No. Creo que los primeros años de Cavallo aumentaron los horizontes de la Argentina de manera espectacular. Fueron los años en los que la gente jóven se volvía a la Argentina llena de esperanzas. Pero esa esperanza fue defraudada cuando Menem compró su reelección derrochando dinero importado.
DIARIO MILENIO DE MEXICO
6-02002