Esta es la historia secreta de Hadi Soleimanpour, el personaje que puede colocar a la Argentina al filo de una crisis diplomática de consecuencias imprevisibles.
Por Walter Goobar
En una celda londinense el ex embajador de Irán en la Argentina, Hadi Soleimanpour espera la decisión de la justicia británica sobre su extradición a la Argentina, acusado por su presunta participación en el atentado contra la AMIA. La detención de Soleimanpour desató la ira de las autoridades iraníes: en un discurso televisado, el presidente Mohamed Jatami advirtió que su gobierno "tomaría "fuertes represalias" contra la Argentina por la detención del ex diplmático. Aunque Jatami no especificó a que tipo de represalias se refería, fuentes de la agencia Al Jazeera confirmaron a Veintitres que Irán, podría responder con una medida simétrica deteniendo – o secuestrando- a dos diplomáticos argentinos para usarlos como moneda de canje, tecnica que Teherán ya ensayó con éxito en otras oportunidades. Esta es la historia secreta de Hadi Soleimanpour, el personaje que puede colocar a la Argentina al filo de una crisis diplomática de consecuencias imprevisibles.
Aunque cuando fue detenido estudiaba en una universidad británica, en la década de los 70 Hadi Soleimanpour estudió sociología en Paris y militó en grupos opositores al Sha. Después del triunfo de la revolución jomeinista Soleimanpour regresó a Teherán y en 1979 se integró al grupo "La línea del Imán" que particípó en la clasificación y estudio de los documentos de la CIA capturados durante la ocupación de la embajada estadounidense en Irán. Desde que ingresó en la Cancillería, Soleimanpur se convirtió en uno de los discípulos del profesor Javad Mansouri, fundador y primer comandante de los Guardias Revolucionarios. Mansouri fue uno de los teóricos que reformularon varios principios del fundamentalismo para que adoptase forma política en la vida moderna. En su libro "Revolución y Diplomacia", Mansouri escribe que "nuestra revolución sólo puede ser exportada con granadas y explosivos". En 1982 Mansouri fue nombrado viceministro de Relaciones Exteriores y se empeñó en transformar cada embajada iraní en un centro de inteligencia y una base para exportar la revolución. Fue remplazando pacientemente a los diplomáticos de carrera por Guardias Revolucionarios y miembros de los servicios de inteligencia. Uno de ellos era el futuro embajador iraní en Argentina, Hadi Soleimanpour. Dentro de la Cancillería, Soleimanpuor se ocupó de dos áreas: la de Europa occidental y la de Movimientos de Liberación que, según los servicios secretos occidentales, es la sección encargada de organizar y dar apoyo a los grupos terroristas que aceptan la dirección de Teherán.
De acuerdo a la estrategia dioseñada por Mansouri, a comienzos de los años 80, Roma se convirtió en el centro de las actividades para-diplomáticas iraníes en Europa. El jefe de la red era el embajador de Teherán en el Vaticano, el ayatola Hadi Jorowshari, que ante las presiones del gobierno italiano, fue removido de su cargo para ocuparse, en Teherán, de la "Oficina de asistencia a los organismos islámicos y revolucionarios en el mundo", que se convirtió en otra pantalla para las actividades diplomáticas non-sanctas. Cuando los servicios italianos neutralizaron el centro operativo italiano, Teherán trasladó sus actividades a Suiza y Hadi Soleimanpour fue nombrado embajador en España. Una investigación publicada en mayo de 1988 por la revista española Tiempo reveló que a partir del nombramiento de Soleimanpour se creó el eje Madrid-Ginebra para las actividades iraníes en Europa. Desde la embajada de la calle Jerez, de Madrid, y el consulado en Ginebra, con sede en la calle Chemin du Petit-Saconex 28 se coordinaban los ataques terroristas en Europa. Los servicios españoles aseguran que Soleimanpour desarrolló células durmientes de Hexbollah en Zaragoza y Valencia y que manejaba desde Madrid todos los servicios de Inteligencia iraníes para América Latina. En 1984, la policía española logró desmantelar las actividades de los “Mártires de la Revolución Islámica” en Barcelona, donde se incaut´´aron armas y explosivos. Como resultado de estas operaciones policiales, Soleimanpour y otros diplomáticos iraníes fueron expulsados de España.
El 2 de junio de 1991 Hadi Soleimanpour llegó a Buenos Aires para hacerse cargo de la embajada iraní en Argentina. A pesar de ´sus antecedentes, Argentina le concedió el placet diplomático. El embajador Fernando Petrella, que en la época del atentado a la AMIA se desempeñaba como Secretario de Estado para Política Exterior y Asuntos Latinoamericanos, argumentó en sede judicial que la Cancillería argentina creía que Soleimanpour "se habría excedido en su función diplomática por cuanto habría realizado manifestaciones políticas" pero que esto se supo después de otorgársele el placet como Embajador en Buenos Aires.
En España, Soleimanpour reclutó al neofascista Francisco José Iglesias Pérez, (más conocido como Javier Iglesias) que lo acompàñó a la Argentina. Además de trabajar como guardaespaldas, y chofer de la embajada, Iglesias, se convirtió en editor de la publicación fascistoide "Lucha Peronista" que reivindicaba a los carapintadas de Seineldín y, además, era colaborador de la revista "El Mensaje del Islam" cuyo editor-propietario es el Agregado Cultural iraní, Moshen Rabbani. Iglesias también mantenía buenos contactos varios gripos carapintadas. Todos eran gente de armas llevar: El 5 de septiembre de 1996 a las 23.30 Iglesias participó en el asalto a un blindado de Juncadelas en Montevideo al 700 donde funciona una sucursal de supermercados Coto. El personal de seguridad abrió fuego y el español Iglesias cayó muerto kkevandose varios secretos a la tumba.
El 30 de junio de 1994, - pocas semanas antes del atentado a la AMIA_, Hadi Soleimanpour, salió de Argentina en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, regresando el 25 de julio de 1994 en un vuelo de Iberia procedente de Madrid. Oficialmente, Soleimanpour estaba de vacaciones. En la misma fecha salieron de sus destinos los embajadores de Irán en Chile y Uruguay. Pero al mismo tiempo, el viernes 15 de julio, justamente el día en que se encuentra probado que la camioneta utilizada como coche-bomba fue detectada en el estacionamiento Jet Parking llegaron al país varios enviados especiales de Irán en un momento en que al menos en teoría, la República Islámica de Irán quedó literalmente, sin representación diplomática en una buena porción de Sudamérica.
Revista Veintitrés
20-09-2003