La nueva sorpresa de octubre

Sorpresa de octubre” es el nombre que se da en Estados Unidos a las triquiñuelas que utilizan los partidos, poco antes de las elecciones presidenciales, para ganar ventaja respecto al rival. Y las actuales vienen muy reñidas.

Por Walter Goobar
Sorpresa de octubre” es el nombre que se da en Estados Unidos a las triquiñuelas que utilizan los partidos, poco antes de las elecciones presidenciales, para ganar ventaja respecto al rival. Y las actuales vienen muy reñidas. La “sorpresa de octubre” debe su nombre a la operación diseñada por el candidato republicano Ronald Reagan y quien más tarde sería su jefe de la CIA ,George Bush padre, quien negoció con la República Islámica de Irán para que los ocupantes de la embajada de EE.UU. en Teherán, retuvieran hasta después de las elecciones en las que el demócrata Jimmy Carter buscaba la reelección –como Obama– a los diplomáticos y agentes de la CIA que mantenían como rehenes. El 20 de enero de 1981, minutos después de que Reagan jurara su cargo, los rehenes fueron liberados. Los iraníes no actuaron gratis: su recompensa fue el armamento suministrado por el gobierno israelí de Menajem Begin. En ese sentido, la actual “crisis de las embajadas no tiene mucho de original.
Obama no ha ocultado su malestar por las tretas del premier israelí que le exige ajustar su política exterior para el Medio Oriente a la agenda del país hebreo: se ha negado a visitar Israel, ha retirado su compromiso de reconocer Jerusalén como capital de Israel (al contrario del 2008), e incluso no quiere recibirlo en EE.UU. durante la próxima Asamblea General de la ONU.
Para Shaul Mofaz, el líder de Kadima, “Netanyahu pretende derrocar a Obama antes que al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad”.
Hasta hace una semana, la posible sorpresa de octubre de 2012 apuntaba a un ataque militar unilateral de Israel sobre Irán. Obama considera prematura esta operación que pondría en peligro la vida de miles de soldados estadounidenses en la zona, pero el aventurero gobierno de Benjamín Netanyahu con el aval de los republicanos podría colocarlo ante un hecho consumado para provocar su derrota electoral.
Frente a la crisis de las embajadas que está siendo habilmente utilizada por los republicanos para captar el voto patriotero e indeciso, lo que le queda a Obama es atacar con drones –a alguien, a cualquiera– hasta la muerte. Enviar a los marines. Desplegar algunos barcos de guerra. Mostrar alguna fuerza militar.
Misiles Hellfire lloverán sobre Derna dentro de poco porque allí se ubican los campamentos de entrenamiento de los fundamentalistas salafistas con quienes Washington, Londres y París estuvieron desvergonzadamente asociados durante su campaña de bombardeo humanitario. Pero si el gobierno de Obama se decide a bombardear, los salafistas atacarán al débil gobierno central en Trípoli.
En ese contexto se inscribe también la realización y el lanzamiento de esa infame y burda película, contra el islam y el profeta Mahoma, hecha en California –financiada y producida en realidad por un cristiano copto egipcio y protestantes estadounidenses– que presenta a Mahoma como un mujeriego, un pedófilo y, sobre todo, un fraude. La cinta fue debidamente publicitada por el insano pastor de Florida y fanático de la quema de Coranes Terry Jones. Puede no haberse rodado película de tan escasa calidad en la historia entera de Hollywood. Puede que ni siquiera haya película, sino un miserable trailer de 14 minutos, pero lo único que resta saber es si la sorpresa del 2012 se está fraguando dentro de la Casa Blanca, fuera, o en ambos lugares.
Diario Miradas al Sur
16-09-2012